PRESENTACIÓN SOBRE MUESTRA ARTÍSTICA DE CHALO GUILLÉN 2024

 PRESENTACIÓN

 

Creo que debemos recordar a ilustres personajes que están olvidados y merecen nuestro homenaje.

Chalo Guillén, 2018.

 

Chalo volvió para quedarse. Esta vez, a través del lienzo, la cartulina, el papel o en soportes digitales, que ha empleado más de una treintena de autores locales, nacionales e internacionales, quienes de forma creativa representan las distintas facetas del caricaturista arequipeño nacido un domingo 30 de abril de 1939. Entonces, Arequipa era una ciudad risueña, un pequeño oasis en medio del desierto que con su campiña, su costumbrismo y aquel inigualable cielo, inspiró a diferentes artistas, entre ellos, los reconocidos: Jorge Vinatea Reinoso, Teodoro Núñez Ureta, Julio Málaga Grenet y Guillermo Osorio, a quienes admiró desde su adolescencia. 

Hablar de Chalo es traer a la memoria un tiempo de añorado tradicionalismo, cuando era común que los ciudadanos usen sombrero, sacos de solapa ancha y pantalones de bota recta. Ya de adulto, luego de haber recogido inolvidables experiencias en el colegio de San Francisco y en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Minas Gerais de Brasil, Rodolfo Gonzalo ―como lo bautizaron sus padres― adoptó una manera peculiar de vestir, la misma que ha sido representada por los artistas reunidos en este homenaje: la camisa de cuello inglés y también americano, con el primer botón abierto, descansando sobre o dentro de las solapas del saco, tal cual aparece en el pulso de Iván Prado, Brenda Román, Gilmar de Oliveira, Carlos Medina, Fernando Barrial, por mencionar algunos. Otro aspecto destacable nos lleva a los primeros momentos de su temprana adultez con un polo manga larga cuello tortuga o alto, visto por Jorge Ramos, J. Manuel Loayza o Elizabeth Quispe.

A su retorno, a partir de la década del 60, el joven arquitecto comenzó a dibujar para diferentes medios de prensa escrita como las revistas Oiga, Caretas y La Olla, con un trabajo que ovacionaron los lectores. Hizo caricaturas, sátira política y pintó algunos paisajes que muy bien ha esbozado el extraordinario Karry Carrión. El talento de Chalo Guillen Peralta, le permitió compartir amistad con otras personalidades: Luis Palao, por ejemplo, cuyo abrazo ha sido representado por Alejandro Becares, o la recreación de Marquiño, que ha dado en caricaturizar a Chalo junto a otros tres personajes, en contexto de la clásica bohemia arequipeña: Rafael Barrionuevo, John Polar Castro y Alfredo Villavicencio.

La vida de Chalo Guillén es una suerte de misterio que ha dejado múltiples interrogantes, pero grandes certezas en cuanto a su talento artístico, no en vano es citado en la emblemática obra histórica de Omar Zevallos, que también ha destacado en este homenaje por su propuesta silogística: de una parte el sombrero dando sombra a sus ojos achinados; de otra el saco de cuadros, tipo cruzado con doble botonera que, finalmente, deviene en un gesto de socarronería típicamente arequipeña. Cada artista ha logrado trazar su sonrisa de una manera singular, en algunos casos a carcajadas según revela el cuidadoso trabajo de Dorian Estrada, Richard Mateo y Fico Molina; en otras situaciones, una mueca prudente ―reservado como era― tal es el caso del reconocido Mechaín Doroteo, Luis Fernándes, Javier Prado, Luiz Oliverira, Víctor Panta, Walter Toscano, Carlos Delgado, Goyo Vela y Fernando Almenara; no falta quien lo piense feliz, ameno, como se percibe en Pepe Sanmartín y en Zach Tremholm.

Ocasionalmente, Chalo asistía a eventos culturales y se refugiaba entre las cabezas canas y calvas de los asistentes. No solía llamar mucho la atención, por lo que fue un hombre sencillo, a veces tímido, dado a las comodidades elementales. Además, lo esencial para su profesión y el dibujo fue el lápiz o el pincel nítidamente enfocado por Valois Inga, Nebver San Martín, César Aguilar, Mary Garabito, Luis Alvarado, Fredy Champi, Willy Galdos, Samuel Ranilla y Julio César Condorchoa. Creo, humildemente, que el homenaje hace justicia a un rostro del ingenio peruano. De ahí, que sus organizadores hayan cuidado la calidad de los trabajos, tanto en la forma como el contenido, y con una pluralidad de criterios que debemos destacar.

 

Arequipa, a 24 días del mes de abril del 2024.

 

Hélard A. Fuentes Pastor

Historiador



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