GUSTAVO BACACORZO: JURISTA E HISTORIADOR
PERUANO
Por: Hélard
Fuentes Pastor
Gustavo
Bacacorzo tuvo una vida plena en el sentido familiar, profesional y académico.
Su trayectoria pasa por diferentes circunstancias de nuestra historia
contemporánea, a la misma que ha contribuido como investigador y como
protagonista, por supuesto, a partir del ejercicio de la abogacía y del
conocimiento de la constitución, por ejemplo, en momentos difíciles cómo la
defensa de la democracia durante la lucha contra la dictadura fujimorista en el
año 2000 que, recordemos, no solo nos colocó ante un fraude electoral, sino los
escenarios más abruptos de la corrupción.
Lamentablemente,
a los 91 años de edad, el gran intelectual peruano ha fallecido y deja un
legado que estamos llamados a preservar y profundizar, sobre todo, en el campo
del Derecho, al cual le dedicó muchas páginas en artículos y sesudos estudios
publicados a nivel nacional e internacional, tal es el caso de Constitución Política
del Perú (1981), del Reglamento de Procedimientos Administrativos (1987), La Fe
Notarial: Escogitación Filosófico-Administrativa (1995 ¿?), Ley de Procedimiento
de Ejecución Coactiva (1999), Contratación Administrativa (1999) o de sus
comentarios a la Ley del Presupuesto del Sector Público de 1998, 1999 y 2000; los
comentarios a la nueva ley del Procedimiento Administrativo General (2001) y,
cómo no, su Tratado de Derecho Administrativo en dos tomos (1998-2002), el
estudio crítico del Diccionario de la Legislación Peruana de Francisco García
Calderón (2003), por mencionar algunos.
Asimismo,
dedicó gran esfuerzo al reconocimiento de los personajes de nuestra historia y
literatos, cómo: Juan Manuel de Moscoso y Peralta (1982); Simón Bolívar (1983),
El periodo colonial como institución político-jurídica en la Historia de
América (1986), José María Corbacho en su calidad de prócer (1987); Sánchez
Carrión, tribuno de la época republicana (1988); apuntes sobre la famosa Micaela
Villegas, La Perricholi (1994); un singular aporte sobre el General Trinidad
Morán (1996); los Masías de Arequipa (1996); Juan Pablo Viscardo y Guzmán con
el pensamiento americanista (2000) y Flora Tristán (2000), en un amplio e
interesantísimo estudio acerca de su vida, obra y genealogía, publicado en dos
tomos. En muchos de estos libros comparte autoría con sus hermanos: Jorge (n.
1925), recordado vate arequipeño, y Xavier Bacacorzo (n. 1930), crítico,
escritor, pintor y catedrático agustino.
Uno de los
primeros libros que debió publicar el intelectual arequipeño, estuvo vinculado
a su familia. Titulaba: «Las familias Fernández de Arredondo y Corzo», editado
en 1949, con más de un centenar de páginas y de manera independiente. Entonces,
frisaba los 21 años y fue resultado de las inquietudes investigativas en torno a
las raíces y su descendencia. Aquí vale mencionar que Gustavo fue el segundo
hijo del matrimonio entre Santos Baca Ordinola y Carmen Corzo Arredondo, nacido
un 17 de diciembre de 1928, según el registro civil; pues debemos anotar que
Dante Zegarra López ha consignado el año de 1930.
Aunque su
padre era un militar piurano y su madre arequipeña, heredera de las antiguas
costumbres mistianas que inculcó en sus hijos; sus parientes estuvieron
vinculados al quehacer político-militar del país, y a las letras, las leyes y
la docencia superior. Provino de un núcleo familiar respetable y de honorable
tradición.
Muy joven se
vinculó con personalidades de la época. No cabe duda de ello, pues como
menciona en una de sus reflexiones, desde niño tuvo la oportunidad de leer
documentos ancestrales de la familia. Pronto, sintió el llamado de las leyes,
siguiendo los estudios de Derecho e Historia, y luego de graduarse y doctorarse
–como afirma Zegarra López– se desempeñó como catedrático de la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos en Lima, donde llegó a ejercer importantes cargos:
decano de la Facultad de Ciencias Administrativas y en la Facultad de Derecho
de la Universidad de San Marín de Porres, educando a varias generaciones.
¡Cómo olvidar
a este ejemplar arequipeño!
Su paso por la
intelectualidad peruana es imborrable y permite perdurar en el recuerdo de la
historia institucional de algunos organismos en los cuales transcurrió su vida,
ejerciendo con integridad las responsabilidades encomendadas. Así podemos
mencionar que fue Magistrado del Jurado Nacional de Elecciones entre los años
de 1986 y 1987, Secretario General de la Corte Suprema de Justicia (categoría
de viceministro), Magistrado del Tribunal Andino de Justicia (Bolivia,
Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela) con el rango de «Embajador», de 1984 a
1990; Jefe de Asesoría Jurídica de la desaparecida Asamblea Nacional de
Rectores (ANR), Vicedecano y Decano Interino del Colegio de Abogados de Lima, 1991
y 1992, Presidente de la Delegación del Perú al Congreso Internacional de
Abogados en 1992, entre otros.
De igual
manera, su paso ha dejado huella en importantes diligencias como miembro de las
Comisiones Nacionales del Sesquicentenario de la Independencia en 1971, del
Centenario de la Guerra con Chile en 1979, del Bicentenario de la Revolución
Túpac Amaru en 1981 y de los 250° Aniversario del Nacimiento de Juan Pablo
Viscardo y Guzmán en 1998.
Su trayectoria
ha sido reconocida en numerosas oportunidades, desde la Orden de la Legión
Mariscal Cáceres en Lima, hasta la Medalla y Oro de la ciudad de Arequipa
(1998), pasando por los siguientes: Medalla de la Sociedad Fundadores de la
Independencia (1954), Orden de Caballero del Servicio del Estado (1963),
Medalla Conmemorativa del Combate Naval del Callao (1996), Medalla de Oro de la
Asociación de Ex Servidores Civiles del Estado (1968), Orden del Trabajo de
Gran Cordón de Primera Clase en Venezuela (1982), la Orden al Mérito de la
República Italiana (1984), destacando los más importantes.
A las medallas, diplomas y títulos, suma una decena de membresías honoríficas en la Academia de Letras Jurídicas de Brasil, del Instituto Brasileiro de Derecho Administrativo, de la Sociedad Bolivariana del Perú, del Instituto Peruano de Investigaciones Genealógicas, del Instituto Juan Pablo Viscardo y Guzmán del Perú, del Instituto Panamericano de Geografía e Historia de México, del Instituto Ibero-Americano de Derecho Jesús Gonzáles Pérez en Costa Rica, de la Sociedad Peruana de Historia, del Centro de Estudios Históricos y Militares del Perú, de la Revista Bolívar y la de Derechos y Ciencias Políticas de San Marcos, del Instituto Libertador y Republicano José Faustino Sánchez Carrión en Lima, etcétera.
Gustavo
Bacacorzo ha partido a la eternidad; no obstante, esa férrea personalidad ha
quedado grabada en los anales como cuando criticó la veracidad de la estatua de
Sánchez Carrión levantada en el Congreso, generando la incomodidad de su mismo
autor, Juan Manuel Ugarte Eléspuru.
Era un hombre
sincero, erudito y agudo como sus hermanos, y por ese motivo su obra acaba de
perennizarse en decenas de bibliotecas a nivel nacional, públicas y privadas,
debido a su producción que constituye un material de imprescindible consulta en
la historiografía peruana. Finalmente, vale mencionar que fue un asiduo
colaborador de diferentes medios de prensa local, verbigracia, sus interesantes
columnas en el diario El Pueblo.
Publicado en Diario El Pueblo. Arequipa, 14 de noviembre del 2020. P. 7.
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