EL BOMBERO LUIS KAEMENA WEIS: UNA VOCACIÓN HECHA CON EL CORAZÓN

 EL BOMBERO LUIS KAEMENA WEIS: UNA VOCACIÓN HECHA CON EL CORAZÓN[1]

 Por: Hélard Fuentes Pastor

Toda institución destinada al servicio de la comunidad debe contar con el apoyo de las instituciones públicas y privadas; sin embargo, realizando un balance histórico, rara vez la compañía de bomberos entre otras entidades de socorro, han contado con el debido respaldo; cosa que resulta increíble, ya que los bomberos son los primeros en asistir cualquier emergencia que pueda suscitarse en nuestro trajinar diario. Por ello debemos reconocer esta labor social, destacando el esfuerzo de sus comandantes.

La Compañía de Bomberos “Arequipa No. 1”, se fundó aproximadamente en el mes de agosto de 1914. Esta institución, se formó gracias a la intervención de la Banca, el Comercio y el Club “Círculo de Arequipa”, y a la iniciativa de don Guillermo Crosby. El primer material que llegó a esta institución fue adquirido a la Compañía de Bomberos “Internacional” de Lima, y constaba de una bomba a vapor, carro de escalera, carro auxiliar de mangas y una dotación regular de mangueras.

Guillermo Brain, fue también fundador de la Compañía Peruana de Bomberos No. 10 de Iquique, por lo que tenía experiencia en la inauguración de este tipo de entidades, también se desempeñó como bombero en Molledo, y ya en Arequipa, fundó la primera compañía de la ciudad, precisando el siguiente directorio: Comandante, Guillermo Crosby; Capitán, Tim Smith; Primer Teniente, Adolfo Velando O.; Segundo Teniente, Miguel Eguren; Tercer Teniente, Guillermo Brain; Secretario, Manuel Yábar Dávila; Sub-Secretario, S. M. Alejandro Soto; Ingeniero Primero, E. Crosby; Ingeniero Segundo, Tomás Muñiz Méndez; Ingeniero Tercero, Alberto Bellido; Ingeniero Cuarto, Alberto Calderón.

Al pasar los años, la compañía se equipó de mejor manera con una bomba automóvil, bomba a gasolina, bomba química y un carro automóvil. Ciertamente, cada una de estas adquisiciones fueron bautizadas con el nombre de los primeros comandantes y fundadores: Guillermo Crosby, Juan Eguren y Guillermo Brain, respectivamente. Ellos, desempeñaron “con todo altruismo y sacrificio, al bien de esta entidad que exponen su vida por amor a la humanidad”. Sin embargo, es con la gestión del comandante Luis Kaemena Weis, que la compañía –a mediados del siglo anterior– comenzó a florecer, logrando notoriedad e importancia para la sociedad arequipeña.

Luis Alberto Kaemena Weis, nació en Arequipa el 19 de agosto de 1896 y murió el 25 de mayo de 1985. Un año después de fundada la Compañía de Bomberos “Arequipa Nº 1”, ingresó en calidad de bombero, y desde entonces fue escalando paulatinamente hasta llegar a ser su comandante en 1930, sucedió en el cargo al comandante Guillermo Brain, anteriormente habían ejercido la comandancia, el señor Juan Eguren Forga y don Guillermo Crosby (Comandante Fundador). Se casó a los 37 años con Carmen Valderalmey, natural de Molendo de 27 años, el 20 de noviembre de 1933.

Durante su gestión logró mantener en pie a tan importante institución. Consiguió el título de Benemérita para la compañía, otorgado por el Concejo Provincial, en ese entonces presido por el alcalde, Alberto de Rivero. Asimismo, dedicó gran esfuerzo en dotar a la compañía de un lugar cómodo, de material eficiente, y para los bomberos, de una cuota Pro-Mortuoria, destinada exclusivamente a socorrer a los bomberos víctimas de los siniestros en que tuvieran intervención. Consiguió para los bomberos fallecidos en pleno servicio o como consecuencia directa de él, el grado de Oficial en mando, asignándosele el sueldo que le corresponde.

Durante los años del surgimiento de la compañía, Kaemena Weis, teniendo en cuenta la necesidad de dotarla de implementos, y sobre todo, de vehículos, optó por recurrir a la colaboración pública, solicitándola prácticamente, de casa en casa. Su esfuerzo lo llevó a reunir una valiosa cantidad de dinero, y de este modo pudo adquirir los carros-bomba para apagar los siniestros.

Cuando la compañía no contaba con local propio, y los dueños de la finca donde funcionaba decidieron desahuciar por falta del pago de los alquileres; ante la imposibilidad de conseguir el dinero suficiente para proceder a la cancelación, Kaemena, entregó las llaves de la institución al Prefecto del Departamento, quién luego llegó a un acuerdo para que continuara funcionando la compañía en dicho local. Ante aquellos impases, el comandante Luis Kaemena no se cruzó de brazos, y consiguió del Gobierno, una partida de 20 mil soles que sirvieron de base para que los particulares se hicieran presentes con su óbolo destinado al levantamiento de un local propio, adquiriéndose un terreno en la calle Bolívar.

Distinguidas acciones cumplieron los bomberos en el tiempo de Luis Kaemena; por ejemplo, en 1930 durante la Revolución de Sánchez Cerro, en el incendio de la Fábrica América, y en un sin número de siniestros acaecidos en la ciudad.

En el año de 1955, Kaemena recibió la Cruz de Oro al Mérito Bomberil, por sus 40 años de bombero y 25 años de servicio como comandante de dicha compañía. Este reconocimiento, significó un premio a su sacrificio, al interés y dinamismo con que trabajó en el seno de aquella institución de socorro. La mesa de honor, estuvo presidida por el por el Dr. Guillermo Zegarra Meneses, representando al alcalde de la ciudad.

Esta breve reseña institucional de la Compañía de Bomberos, y el apunte biográfico de uno de sus mejores comandantes, nos debe evocar a las siguientes reflexiones: se considera, de modo errado, que los bomberos atienden únicamente incendios o siniestros, cuando tienen participación  en toda clase de calamidades, que van desde una inundación hasta la explosión de algún contenedor, basta recordar la intervención de los bomberos en el trágico accidente del “camión cisterna” que produjo la muerte de algunos ciudadanos; el cuerpo de bomberos es el principal promotor del voluntariado en la ciudad, resultando ser el sector con la mejor disposición posible para prestar el bien a la sociedad; y, finalmente, el objetivo principal que persigue esta entidad civil es preservar el bienestar de las personas, pues asumen el papel de “superhéroes”, salvando vidas y conservando la naturaleza.



[1] Diario El Pueblo. Arequipa, 14 de setiembre de 1014. P. A21.


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