MANOLO BARRIOS: NOS SENTIMOS COMO MÚSICOS LOCALES
Por: Hélard André Fuentes
Pastor
MAR DE COPAS está en Arequipa, y, en exclusiva,
conversamos con uno de sus primeros integrantes, el guitarrista Manolo Barrios.
A inicios de los años noventa una banda conquistó los escenarios
nacionales. Su peculiar estilo, la profundidad y el contenido de sus temas, su
constancia y dedicación, marcó a numerosas generaciones de adolescentes, jóvenes
y adultos que continúan celebrando el éxito de temas como “Mujer Noche” que
data de 1993, año en que surgió la agrupación, y otros más recientes como “Un
día sin sexo” (2005) o “Siglo XX” (2013). Tanto Lima, ciudad de origen, como
Arequipa, han permanecido a expectativa del éxito de dicha agrupación; en tal
sentido, próximos a cumplir veinticinco años, visitaron nuestra querida Ciudad
Blanca. Esta vez, con la finalidad de sumarse a una causa social que ha
emprendido la Oficina de Procura de la Provincia Jesuita del Perú para seguir
recaudando fondos en beneficio de las mujeres víctimas de la violencia en
Ayacucho, región que –recordemos– sufrió el embate del Conflicto Armado Interno
en el Perú.
El profundo sentido social de Mar de Copas llevó a sus integrantes a
tres históricas presentaciones que se han desarrollado en el auditorio del
colegio San José. El día viernes y sábado los rocanroleros mistianos disfrutaron
de una serie de conciertos desarrollados en una ciudad que –según manifiesta
uno de sus integrantes– los recibe con los brazos abiertos. En esta oportunidad,
los acompañamos durante la prueba de sonido que se realizó el viernes por la
tarde, y fuimos testigos de las exigencias de sus miembros –que entre luces,
reflectores y bajos– ensayó más de dos horas para ofrecer un auténtico e
inolvidable espectáculo. Luego, entrevistamos a uno de los principales
guitarristas de la histórica la banda que inicialmente estuvo integrada por
Manolo Barrios, Wicho García, Toto Leverone, Claudia Salem y Phoebe Condos.
Precisamente, José Manuel Octavio Barrios de la Puente, el popular “Manolo”,
nacido en Lima el 20 de febrero de 1967, nos brindó la siguiente entrevista.
Una de las bandas más
trascendentales en el rock contemporáneo. ¿Cómo surge Mar de Copas?
En realidad nosotros somos músicos que veníamos de otras bandas de
los años ochenta, de distintas tendencias. Había varios subterráneos,
metaleros, algunos de nosotros éramos técnicos de sonido. Básicamente nos
conocimos en el grupo de Miki González. Éramos técnicos de Miki González. Yo
fui técnico de él desde antes que sacara su primer disco y en sus primeros diez
años de carrera. Cada uno tuvo sus experiencias, varios grupos, hasta que a
principios de los noventa Toto y yo decidimos grabar un nuevo material que
teníamos, que es el primer disco “Mar de copas”, y en el camino se fueron
uniendo los demás.
La década del noventa
constituye un contexto particular para el país. ¿Influyó en el surgimiento de
“Mar de Copas”?
Imagino que de algún modo sí. Era una época difícil, habíamos pasado
por una crisis económica y estábamos comenzando a resurgir un poco. El
terrorismo empezaba ser derrotado. Después, ya la gente estaba más relajada.
¿Por qué muchos seguidores
establecen un vínculo con la banda y qué permite que aún se mantengan en
vigencia?
Supongo que es el hecho de que nunca nos ha faltado público. Siempre
hemos tenido trabajo. Siempre hemos ofrecido conciertos. Porque si un grupo no
tiene contratos para que seguirían juntos. ¡Solo mirándose las caras! Entonces,
eso nos ha motivado para seguir grabando, sacar más discos, dar más conciertos;
así ha pasado el tiempo hasta llegar a los veinticinco años.
En realidad todo este proyecto surgió en Lima, en el gran teatro
nacional. Fue la Compañía de Jesús que se nos acercó para realizar un evento, y
como salieron bien las cosas en el gran teatro, decidieron sacarlo a otras
ciudades; como ellos cuentan con una infraestructura para estas causas
necesarias, nos pareció una doble razón: por un lado podíamos ayudar de manera
efectiva, y, por otro, mostrar nuestro concierto en la primera ciudad,
lógicamente teníamos que ir a Arequipa, porque nosotros tocamos mucho acá, desde
hace muchísimos años.
¿Cuántas veces han tocado
en Arequipa?
Mira, el año pasado vinimos seis o siete veces, ahora saquemos la
cuenta porque venimos hace varios años.
Y hay alguna anécdota que le
haya ocurrido a la banda o a ti en Arequipa…
No, exactamente, solo que a veces, en tiempos de huaico, nos hemos
quedado en Camaná encerrados o nos quedamos aquí cuando nos cancelan los
vuelos. Básicamente, lo más notorio es que siempre nos hemos sentido como
músicos locales. Entonces, el grupo está un poco cansado de viajar. Nosotros
tenemos mínimo veinte viajes al año, pero los viajes a Arequipa siempre son
simpáticos. Eso nunca nos da flojera.
No cabe duda que ustedes
tienen un vínculo especial con Arequipa… Hablemos de la niñez, ¿cuéntanos alguna anécdota que esté vinculada
al músico-guitarrista?
Yo creo que los músicos, son músicos desde siempre, desde que nacen,
aunque no lo sepan. Generalmente, los músicos empiezan escuchando música. Yo
era melómano desde chiquito. Lo que más me gustaba hacer era escuchar música.
Venía de una familia de melómanos, donde todos escuchaban mucha música. Mi madre
era cantante. Entonces, fue lógico que apenas crecí, lo primero que hice fue
meterme a trabajar en grupos de música, primero como técnico después como
músico.
Entonces, ¿cuál es el
mensaje que ofreces a la juventud?
Como dice Daniel F. yo creo que el mensaje lo deben dar ellos, o sea,
el mejor mensaje es escucharlos. Decirles que sean chambeadores, que si quieren
ser músicos tiene que trabajar duro, que continúen. Hay mucho mito, mucha
mentira universal con esto de que la música no da plata. La verdad es que es
como cualquier otro trabajo, solo hay que ser trabajador y la cosa va a
caminar. Muchas gracias.
Diario El Pueblo. Arequipa, 22-10-2017.
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