LOS ARRIEROS Y HIRAM BINGHAM

 LOS ARRIEROS Y HIRAM BINGHAM

Por: Hélard Fuentes Pastor

En los tiempos de la colonia, una de las actividades económicas más importantes fue el arrieraje, que no sólo fue la mayor expresión de la dinámica del mestizaje, sino el elemento vinculante del mundo andino con el hispano, ya que aprovechó el conocimiento de las comunidades prehispánicas a las que recurrieron los españoles para establecer sus rutas comerciales a lo largo del territorio, diverso, accidentado y tan complejo como el mismo esquema de intercambio que tuvo la población indígena. 

Arequipa, ha sido cuna de arrieros, quienes montados en recuas o en el lomo de mulas, burros y llamas, transportaban diversos productos —vino, aguardiente, leña de rayo o capo, orejones, pasas, pan llevar, por mencionar algunos— al mercado local, y, con ellos, la esencia cultural de cada localidad. Estos personajes llegaron a participar en movimientos sociales de gran magnitud como sumarse a la rebelión tupacamarista, aportando fletes y arrendamiento de mulas para las expediciones que se realizaron en Caylloma y Lampa, según se desprende del estudio del profesor agustino Daniel Huamán Asillo. 

Un aspecto muy interesante, pues el negocio de arrendamiento de mulas fue bastante popular durante el siglo XIX y XX. Imagínense que los viajeros acudían a los arrieros para guiarse y obtener un medio de transporte en el territorio nacional. Precisamente, en un apunte sobre el ascenso al Coropuna, el profesor de la Universidad de Yale, Hiram Bingham, también difusor pionero de Machu Picchu, cuenta que, en su camino, encontró a los hermanos Tejada, dos arrieros tímidos con quienes negoció la disposición de once mulas por dos meses a cambio de 500 dólares de oro. 

No obstante, en ese tiempo, los arrieros eran muy cuidadosos de sus recuas y se mostraron preocupados por el peligro que implicaba la travesía de Bingham: 1. Transitar los desiertos entre Arequipa y el Coropuna, 2. El desconocimiento del camino y 3. La carga que se pretendía desplazar. Después de negociar, indicando que luego de la primera semana se dispondría de la carga de tal forma que habría disponibilidad de dos mulas, adicionalmente al acuerdo de no caminar más de siete leguas por día, el 1 de octubre de 1911, la expedición estuvo preparada para partir. No cabe duda que el Perú, con su inquebrantable Cordillera, fue dominada primero por los chasquis y los caminos incaicos, y, posteriormente, por los arrieros.

En: Revista ECO del Diario El Pueblo. Arequipa, agosto del 2023.


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