SOLEDAD MALDONADO: VERSOS QUE RESUCITAN A MARIANO MELGAR
Por: Hélard André Fuentes
Pastor
Arequipa, mayo de 2015.
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La escritora Soledad Maldonado |
El primer canto como un momento
iniciático tiene una significación muy particular. Aquí, brotan las impresiones
históricas con fuerte contenido espiritual, invocando al “Misti” –símbolo
natural de nuestra arequipeñidad– mediante los siguientes versos: “Desde el hoyo /del tiempo /voraz matriz
/volcánica /y candente /del cónico /portento azul /emano en efluvios
/haciéndome /mujer”; para luego, hablarnos de ausencia y olvido, y
recordarnos dos grandes talantes forjados en esta tierra por diferentes
generaciones: lo eclesiástico y lo rebelde, sin contraponerlos, por el
contrario propicia la integración de ambos: “Te
Amo /doscientos años /entre repiques /trincheras /y cantares /del clerical /y
rebelde /suelo nuestro”. En tal sentido, no solo reconstruye el paisaje con
cada una de las caracterizaciones y particularidades que alimentan la
idiosincrasia del arequipeño, también nos incorpora a la sensibilidad femenina.
Aquellas románticas notas
conducen a un segundo canto, donde el río (entendemos que se trata del “Chili”)
–otro símbolo natural de la arequipeñidad–, encausa a la afectividad de Mariano
Melgar, veamos: “La voz del tiempo
/despeña mil ecos / por el antiguo río /cantando /cantando rugidor /baja a
chorros /la historia de tu amor /por la ingrata”. Evidentemente, se está
aproximando al aspecto subliminal de la vida del mártir y poeta arequipeño, es
decir, a su condición humana, con la finalidad de comprender y explicar su
lucha, tanto en el plano poético y amoroso como patriótico, que ha llevado a
los estudios de este periodo a un debate permanente, sobre todo, cuando se
trata de hablar del “genio poético”
de Melgar y “el combativo acento /de tu
estirpe libertaria [...]”
Después de ser fusilado en
Umachiri (acontecimiento ocurrido un 12 de marzo de 1815), el personaje –ya
histórico– fue motivo de innumerables estudios de diferente índole, mereciendo
reconocimiento local, nacional e internacional. Por ello, la autora del
poemario, afirma con certeza y convicción: “Tu
nombre /esbelta rama /florecida /en infinito beso /con los siglos”, y en
seguida, menciona otras cualidades que sustentan aquella atención sobre la vida
del héroe arequipeño: el yaraví, el alma popular y sus amores.
Con estas imágenes nos
encontramos en un tercer momento, cuyo tenor gravita en torno al patriotismo y
las ideas emancipadoras de la época, recitemos: “Vencido en Umachiri /condenado a morir /no hay para detenerte /ni
hondazos ni bayonetas /y en el pecho /de los nuestros /tu imagen /subleva
hogueras”. Éste cantar da cuenta de aquel trágico encuentro con la muerte,
y en próximas líneas, revela el resultado del sacrificio patriótico: “No has muerto en vano” –afirma la
poeta– “Reencarna tiernamente /la luz
constante /de tu amor /en el ombligo social /de todas las conciencias”. Ciertamente,
la lucha por una verdadera Independencia, aún continúa, y estos paradigmas
históricos, motivan a continuar batallando por la justicia, dignidad y libertad
de nuestro pueblo.
El cuarto y último canto, es un
abanico de figuras y significados; observamos a Umachiri como Altar del
Sacrificio y madre ideada, a la Patria Nueva como resultado de la libertad,
siempre ensoñada. Aquel canto, es la mística resonancia del pasado que se
proyecta al presente. Si la remembranza, atendiendo a un espacio-tiempo, nos situó
en los efluvios del Misti, ahora finaliza en los campos de Umachiri con las
gélidas ventiscas, el Ichu, las gaviotas cordilleranas y la Pachamama. Con este
breve comentario, saludamos y celebramos la última composición poética de
Soledad Maldonado.
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