LAS PROCESIONES: SÍMBOLO DE LA RELIGIOSIDAD AREQUIPEÑA
Por: Hélard André
Fuentes Pastor
En: diario “El Pueblo”. Arequipa,
19 de abril de 2014.
El fervor religioso de los
pobladores arequipeños –a lo largo de los años–, ha dado génesis a una
significativa caracterización: “Arequipa Católica”, que alcanza su máxima
expresión en los días consagrados por la Iglesia para revivir la pasión de
Jesucristo. Dichas apreciaciones, nos recuerdan que con la presencia española, la
población mistiana se ha reconocido devotamente católica.
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La Virgen de los Dolores (Noticias, 1956) |
Los acordes de nuestro espíritu,
la propia esencia humana, tiene la necesidad de buscar muchas respuestas en un
ser supremo, que está representado por Dios, Jesucristo, las vírgenes y los
santos; por ello rendimos homenaje, ferviente y digno, al “Hombre-Dios” en
Semana Santa. Asimismo, los pueblos se han establecido bajo la advocación de un
santo patrono o santa patrona de la religión católica, que confirma, no solo la
difusión de la obra cristiana en las diferentes localidades, también aquella
necesidad de sentirnos acogidos por alguien divino, y de buscar
caracterizaciones para los pobladores.
Los clérigos y los frailes se han
encargado de mantener vivo del símbolo ceremonial de la liturgia, recordándonos
siempre, la brillantez y solemnidad del Redentor. Cada festividad religiosa, ha
dado motivo a reuniones populares, rezos, construcción de altares, procesiones
y peregrinaciones, que exterioriza aquel sentimiento religioso; se muestra una
verdadera espiritualidad, pese a las apreciaciones de muchos investigadores,
que hallan en torno a la religiosidad, una “ciudad
ambivalente”, es decir, “beata en sus
iglesias y apasionada en sus revoluciones” (Rosa Núñez Pacheco).
Las romerías durante Semana
Santa, constituyen la exteriorización de nuestras creencias religiosas, donde
los vecinos abren desfile por las aceras de la ciudad, de modo silencioso y
contrito. En estos días las procesiones dan inicio el Domingo de Ramos, que para
el año de 1964, partía de la Basílica Catedral con la imagen del “Señor del
Gran Poder”; el Lunes Santo, de la Iglesia Parroquial de Santa Marta con el
“Señor de la Caridad”; el Martes Santo, del templo de “La Compañía” con el Juez
“ECCE HOMO” y la Virgen de la Esperanza “Macarena”; el Viernes Santo, del “Templo de Santo Domingo” con el Santo
Sepulcro; y el Sábado Santo con la “Virgen Dolorosa de las Angustias”. También en
los distritos se realizaban los tradicionales recorridos, comenzando en sus
respectivos templos; en Tiabaya, por ejemplo, se efectuaba la procesión de dos
imágenes del tiempo colonial: “Jesús Nazareno” y la “Dolorosa”, o la “Virgen de
la Candelaria”, en Cayma.
Muchas otras procesiones se producen
durante todo el año. El Dr. Alberto de Rivero y Rivero, da cuenta de ellas,
mencionando como las más fundamentales: la de la “Virgen de las Mercedes” (patrona
de las Armas del Perú); la del “Carmen”; la del “Rosario”; la de “Santa Rosa de
Lima” (patrona de las Américas); la de la “Inmaculada Concepción”; los pasos de
“Santo Domingo” y “San Francisco”; el “Señor de los Milagros”; el “Señor de la
Sentencia” y la de “Corpus Christi”, esta última merece atención por tratarse
de una de la más antiguas, pues se remonta al siglo XVI según la documentación.
Las procesiones y la construcción
de alatares en Arequipa datan del año de 1562, incluso de antes, una
aproximación a la fuente primaria, nos permite detallar que el Cabildo acordó
hacer altares el día de “Corpus Crispti
(sic)” para cada año, en “las calles
por donde la cibdad trahe [sic] en procesión el Santísimo Sacramento”, bajo
un orden. Primero, en la esquina de las casas de Lucas Martínez: “Lucas Martines [testado: Francisco Bosso],
Juan de Castro, bachiller Cantalapiedra, Francisco Bosso”; en la puerta de
la casa de Juan de La Torre: “el dicho
Juan de la Torre, [testado: Francisco Bosso], García Muñoz, Baltasar del
Alcázar, Juan Moreno y Diego de Santa Catalina”; en la esquina de las casas
de Hernán Bueno: “el dicho Hernán Bueno,
Rodrigo de Ibarra, Diego Velázquez, Diego Rodríguez Solís y Alonso Bolante e
Melchor Díaz”.
De igual modo, en la esquina de
Miguel Cornejo: “Juan de Hinojosa,
Lorenzo de Aldana, Luis Cornejo, Felipe de León, Pedro de Mendia, Da. Catalina
de Castro”; en las casas de Hernando Álvarez de Carmona: “el susodicho, Alonso Rodríguez Picado, el
licenciado Cuellar, Baltasar de Torres, Antón6 de Castro, Hernando Guerra,
boticario”; las casas del licenciado Gómez Hernández: “el susodicho y Antonio Gómez de Butrón, Gonzalo de Cabrera, Diego
Hernández de la Cuba, Juan de Castro de Figueroa, Alonso de Galleguillos,
Francisco Madueño, Diego Hernández de Mendoza”; las casas de Juan de San
Juan: “el dicho y Diego Gutiérrez e Diego
Bravo e Diego de Herrera e el contador Hernando de Almonte”; las casas de
Francisco de Grado, Francisco de Chávez y Martín López; las casas de Alonso de
Luque: “el dicho, Antonio de Llanos,
Alonso de Cáceres, Diego de Peralta, Gaspar Hernandes, que lo hará este año de
LXII, e Juan de Vera y Alonso de Yépez”. Y, en la esquina de las tiendas de
Alonso de Cáceres: “Marcos Retamoso y
Pedro Pizarro, Almazán, Diego Hernández Hidalgo e al que bibiere [sic] en las
casas de Picado”. Previendo la construcción de los altares, para aquellos
que incumplieran la ordenanza, se estableció una pena de cincuenta pesos de oro
para cera al Santísimo Sacramento.
Definitivamente, los santos son
eje fundamental de la religiosidad en todos los pueblos, que se suma al papel
que cumplen los sacerdotes, quienes recurren a ellos para guiar los anhelos y
forjar las más inalcanzables esperanzas. No cabe duda, que tras la Virgen de
Chapi se hacen romerías, siempre en pos de su auxilio y protección; a la
“Virgen de los Dolores” la veneramos de diferentes maneras, cabe mencionar que el
poeta Carlos Miranda le dedicó algunos versos: “La madre estaba llorosa/ junto a la cruz afrentosa/ de donde su Hijo
pendía…/ Yo, al ver su eterno reposo,/ también me sentí lloroso/ ¡Madre mía!”.
La “Virgen Inmaculada” ha inspirado al poeta Manuel Gallegos Sanz, quien escribe
en torno a ella: “¡Oh Virgen Inmaculada!/
¡Reina del Cielo, salve!/ ¡Claridad en el abismo/ y en la tragedia consuelo”;
y la “Macarena” (creada en Sevilla), como famosa imagen de la “Virgen de
Nazaret” se exalta con profundo fervor. Por lo tanto, las tradicionales
procesiones y otras actividades que suelen celebrarse, ratifican la enorme fe y
devoción que se profesa en Arequipa.
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