CASIMIRO CUADROS Y LA MAGNÍFICA EXPRESIÓN DE LOS PAISAJES

CASIMIRO CUADROS Y LA MAGNÍFICA EXPRESIÓN DE LOS PAISAJES

Por: Hélard André Fuentes Pastor
Diario El Pueblo. Arequipa, 10 de agosto de 2014. P. A16.

Casimiro Cuadros nació en Cayma y fue un paisajista autodidacta que en cuyas acuarelas reflejó la esencia del paisaje natural arequipeño. Este pintor está considerado como el xilografista más importante del siglo XX.
El destacado pintor caimeño, ha mostrado en su obra pictórica varios motivos referidos al bellísimo distrito donde nació. Asimismo, fue profesor de dibujo en la Universidad Nacional de San Agustín y su profundo conocimiento sobre la pintura arequipeña lo llevó a escribir un artículo donde aborda la temática del arte en la localidad, bajo el título: “La Pintura en Arequipa”. En su trabajo, hace referencia a importantes artistas, como: Oyanguren, Francisco del Campo, Fernando Zeballos, Enrique Villaseñor, José G. Álvarez, Enrique Alcázar, Pedro E. Paulet, José Luis Villanueva, Luis Oldrati, Pedro León Oviedo, Adolfo Castañeda Morón, Enrique Masías, Víctor Martínez, Carlos Trujillo, Julio Morales, Federico Molina, Luis de la Cuba, Natalicio Delgado, Manuel Morales, José Uría, Julio César Málaga, Antonio Rodríguez del Valle, Alejandro y Teodoro Núñez Ureta, Oswaldo López Galván, Percy Murillo Garaycochea, Isela Ruíz de Somocursio, Carlos de la Riva, Jimmy Vargas Chávez, Mario Arenas, Xavier Bacacorzo, José Zegarra Hidalgo, Guillermo y Alfredo Osorio Oviedo.
Los trazos publicados por Casimiro en diferentes diarios –sobre todo “Noticias”– son testimonio gráfico de la vida cotidiana de los pueblos. Resulta significativo apreciar sus xilografías que ilustraron varias columnas periodísticas, como la sección de “Apuntes de Botánica Farmacéutica” de Noticias, en la edición del 8 de diciembre de 1935, con el tema: “La planta de Apio”. También publicó un grabado titulado: “Por las tierras labrantías de Caima, el hermoso huerto de Arequepay”, con motivo del aniversario de la Ciudad Blanca de Arequipa, el mismo que ilustra la nota de prensa “Arequipa, la Ciudad Fidelísima” de la edición del 15 de agosto de 1944. Casimiro Cuadros, vuelve a ilustrar las páginas de Noticias, en la edición del 4 de diciembre de 1948, con un trabajo denominado: “El Padrecito. Hombre de la Aldea” para el cuento folklórico “El Padrecito” de Manuel Gallegos Sanz.
Los apuntes de Casimiro Cuadros, tienen un carácter costumbrista y paisajista, tal y como se puede apreciar en la edición del 26 de mayo de 1954, donde se reproducen tres grabados de su autoría, los cuales representan diferentes vistas del distrito de Cayma, fueron publicados en la nota periodística: “Aspectos y problemas del tradicional Villorrio de Cayma”. Y, en la edición del 1 de setiembre de 1956, debido a la noticia sobre la inauguración de una muestra pictórica en la Universidad Nacional de San Agustín, tenemos la obra “Juan Santos” uno de los 16 cuadros que presentó el autor. En dicha exposición también participaron: Xavier Bacacorzo,  Mario Arenas Rodríguez, Oswaldo López Galván, Percy Murillo Garaycochea, Isela Ruíz de Somocursio, Jimmy Vargas, Manuel Morales Guzmán, el Hermano José Benjamín, Federico Molina, Alejandro Núñez Ureta, Carlos de la Riva y José Zegarra Hidalgo.
De igual modo, Casimiro Cuadros, ha ilustrado la nota de prensa “Homenaje de la ANEA a Gabriela Mistral” con una xilografía de la famosa escritora chilena. Y es considerado, “admirable paisajista, gran dibujante y generoso maestro”. Del artista se indica que fue un “destacado pintor arequipeño. La mayoría de sus acuarelas, reflejan temas del bellísimo distrito de Caima: torres blancas destacando violentamente sobre el cielo azul prusia calles estrechas, empedradas; paredes lánguidas por el  sol del atardecer”.
Casimiro Cuadros también ha definido el valor de las obras pictóricas de sus coetáneos, comentando de la obra de Augusto Caro Cornejo, lo siguiente: “Gran acierto, pictórico el de Caro Cornejo que lo coloca entre los tantos abanderados de la justicia social, de los desamparados, que anhelan el remedio y la reparación a tantos males seculares”. De Víctor Martínez Málaga, afirmó se trató de un “pintor de retratos de amplios propósitos. Sus modelos que trata, no sólo representan el parecido gráfico, sino trasuntan la psicología del retratado como en el de Luis Dunker Lavalle que existe en la Biblioteca Pública y en el otro del Dr. Francisco Mostajo. Retratista de envergadura, que maneja hábil y concienzudamente los colores, con técnica de empastes jugosos. Cultiva también afortunadamente el paisaje”.
Asimismo, Cuadros consideró a Vinatea Reinoso, como un hombre “de mente cultivada y formación técnica y espiritual como discípulo del gran pintor Daniel Hernández, en la Escuela de Bellas Artes. Profundamente artista, amador sincero de las cosas de su tierra y del Ande. Pintor de fuerza y de hondo sentido nacionalista. Vibra como artista en su noble capacidad sensorial y sensible. Emociona sencilla y llanamente todo lo que pinta. Vida tronchada, prematuramente y que nos privó de su efectivo valor, que honra el solar nativo”.
Reflexionó respecto a la obra de Percy Murillo Garaycochea, reconociendo que era un “pintor de ágil temperamento artístico… trata de afinar su paleta en una nueva concepción del neoindigenismo”. Y, sobre Teodoro Núñez Ureta: “un pintor como llama la crítica formal sin academia porque tenía que ser así, el amor a la tierra es algo, que jamás queda estático y que nunca toma formas establecidas porque es la única manera de mantener fresco el mensaje, pero Núñez Ureta tiene escuela nacida del cariño científico al oficio y del respeto a su pueblo –es eso su pintura– la  labor conciente de estudioso y el cariño incondicional del buen peruano”.

Finalmente, este artista –según algunos comentarios de la época– fue considerado como uno de los más perseguidos y vapuleado por la crítica, al igual que Federico Molina, “Molina por sus óleos indecisos y Cuadros por sus malas figuras” pero que sin embargo, “ambos se han impuesto mediante la perseverancia, el estudio y la inteligencia” en el círculo artístico e intelectual de la localidad.

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